El tlachtli se puede considerar como el antecedente prehispánico del moderno juego del fútbol.
Aunque el tlachtli se jugaba con las caderas algunos elementos son semejantes a los del fútbol contemporáneo. Por ejemplo el que se juegue en una cancha rectangular con gradas a las orillas.
El uso de una pelota elástica de dimensiones semejantes a la del balón de fútbol. El enfrentamiento entre grupos de jugadores. Pero sobretodo la espiritualización de este espectáculo es la razón del porque ahora hay tantos seguidores del fútbol contemporáneo, una continuación de aquel antiguo juego. En el tlachtli el balón es el sol, el astro mayor convertido en deidad; Tonatiuh, que va y viene de un lado al otro. El actual estado de Tlaxcala, Tlachcala, era la casa del juego de pelota. También lo era Taxco o Tlaxco en el estado de Guerrero. Este juego estuvo asociado al tonalpohualli y el día 4-movimiento, nahui-ollin, representado por el sol era su día representativo. En el occidente del país a este juego se le denomina Ulama, palabra asociada al día ullin u ollin. Los dioses jugaban con la pelota; el Sol. La pelota se hacia de hule, producto de la savia de una especie de árbol tropical endémico de América. Las hojas de este árbol son grandes y producen una sombra envidiable para las épocas de calor. Recordemos que antes de que existiera la industria petrolera generadora de todo tipo de plásticos las pelotas se hacían de hule. Las pelotas prehispánicas se hacían con esta materia prima y se conocía la vulcanizan, un proceso físico-químico un tanto complejo, un misterio para la arqueología saber como se llegó a conocer este proceso en épocas remotas.


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