JUEGO DE PELOTA EN LOS OLMECAS
En toda Mesoamericana, el juego de pelota fue una práctica común de los pueblos prehispánicos, las más de 1200 canchas encontradas en la zona, dan cuenta de la importancia ritual y religiosa del juego, cuyo nombre en náhuatl es tachtli y que se jugaba con la cadera y, de acuerdo a los cronistas, en canchas con anillos y sin estos.
Este juego se inicio desde los tiempos más remotos de la época prehispánica; las canchas más antiguas se remontan a la época de los OLMECAS, éstas fueron de forma simple, con muros de tierra. Era jugado con una pelota grande y sólida de caucho, en un patio construido especialmente, entre dos equipos opuestos.
En el Periodo Clásico (300 a.C - 1000 d.C., aprox.) se han encontrado patios de mampostería con superficies inclinadas por toda Mesoamericana, excepto en Teotihuacan, donde se cree que los sectores hundidos de la Calle de los Muertos pudieron desempeñar el papel de canchas para el juego.
El juego de pelota entre los nahuas estaba relacionado con el culto solar, puesto que los antiguos mexicanos consideraban su deber ayudar al astro rey en su camino; por eso mismo, el juego tenía relación con los sacrificios humanos: la sangre del jugador sacrificado (al parecer, el perdedor) alimentaba al sol y aseguraba que sus rayos siguieran alumbrando la tierra.
Es muy poco lo que se sabe sobre las reglas y la forma en que se ganaban puntos, lo que si se conoce es que no se podía tener en la mano la pelota durante el juego y los mejores tiros se hacían con la cadera.
Los jugadores estaban vestidos con un cinturón ancho y pesado hecho de madera y cuero, llevaban protectores en las caderas y rodillas y, en algunas zonas, también cascos. Pese a todo ello, el juego resultaba muy peligroso por la velocidad y peso de la pelota.
Comentarios
Publicar un comentario