En esta obra el pintor Alfredo Zalce representa el desarrollo del juego de pelota en Tula.
Los participantes se encuentran en plena acción, la ceremonia es presidida por un sacerdote o alto dignatario ubicado al fondo; los guerreros que participan protegen su cuerpo mediante prendas acolchadas; un grueso cinturón, conocido como "yugo", es parte indispensable de su vestimenta; otros jugadores, ricamente ataviados, esperan su turno para participar.

La escena se sitúa en una cancha en forma de "I", de grandes taludes y banquetas decoradas con una procesión de guerreros. 
Se aprecian esculturas de jaguares con un estandarte, una plaza al fondo, jugadores que ricamente ataviados, esperan su turno para participar en el juego, y un sacerdote preside la ceremonia;en la cancha del juego de pelota, el anillo empotrado sobre el talud se encuentra a la derecha.
Los guerreros que participan protagonizan su cuerpo mediante prendas alcoholadas, posiblemente elaboradas con algodón.



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