Los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se sorprendieron por el perfecto estado de conservación de las pelotas de hule, pese al paso de los años, y esa situación los llevó a pensar que eran resultado de algún proceso similar a la vulcanizan que las hizo resistentes al tiempo y las condiciones atmosféricas en las que se encontraban.
Tras años de investigación y varios estudios en los que participaron especialistas estadounidenses de Cambridge se logró establecer que para la creación de las pelotas, los Olmecas, mezclaron látex del árbol de hule, cuyo nombre científico es Castilla Elástica con una especie de enredadera con flores llamada Ipomoea alba – cultivada en las regiones tropicales de México-, la cual contiene látex con sulfuros, es decir, azufre.
Las reacciones químicas que produce la mezcla de los dos látex permite la vulcanizan, es decir, los átomos de azufre se entrelazan a las cadenas poliméricas de isoprenos del hule, convirtiendo el látex en un material duro y resistente. Mejorando así su uso y durabilidad.
Los antiguos mesoamericanos procesaban el hule o "ulli" de la siguiente manera; realizaban una incisión en el árbol Castilla Elástica para obtener de ahí la savia, que en su estado natural es un líquido lechoso y pegajoso, el cual al secarse es muy frágil y no logra retener las formas.
Este líquido era recabado en vasijas que colocaban al pie del tronco del árbol, por otro lado recolectaban la enredadera cuyo nombre científico es Ipomoea alba, ésta era triturada hasta obtener un líquido, cuando ya se tenía una cantidad suficiente éste era vertido en un recipiente, donde previamente había sido vaciado el látex, después de remover y mezclar aproximadamente 15 minutos, el látex se solidificaba y se formaba una masa blanca que era sacada del recipiente para poderse manejar, entonces comenzaban a moldear las pelotas y otros utensilios como bandas elásticas y figurillas de hule.
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